Celebran unas jornadas para entender cómo se desarrolló el proceso repoblador en Bérchules durante sus primeros años

En la II Jornada ‘Historia de Bérchules’ los asistentes conocieron cómo se establecieron en el municipio las familias de los Montoya y de los Castillo a partir del siglo XVI

El Salón Cultural de Bérchules ha acogido en estos días las II Jornadas ‘Historia de Bérchules’ en el que los asistentes se transportaron hasta ‘Bérchules antes y después de la rebelión morisca’ y hasta ‘Bérchules en la mitad del siglo de las luces’.

El encargado de impartir la conferencia de manera presencial y también online fue el historiador Francisco Cano quien en esta ocasión hizo que los asistentes continuaran descubriendo aspectos y noticias del pueblo, “pero con un enfoque diferente respecto al año anterior. En esta ocasión nos hemos centrado en algunas personas que vivieron en Bérchules y los hemos acompañado a lo largo de su vida. Descubriendo sus historias hemos podido conocer también más aspectos de la historia de Bérchules, consiguiendo así enriquecer y complementar todo lo que descubrimos en las primeras jornadas, ya que para reconstruir la historia de Bérchules es imprescindible recuperar también la historia de sus gentes y no sólo la del pueblo como tal”.

En esta ocasión, las familias que escogieron para “este viaje en el tiempo” fueron dos, la de los Montoya y la de los Castillo.

Según añade Cano, “la familia de los Montoya, como ya descubrimos en las primeras jornadas, fue una de las primeras familias cristianas viejas en establecerse en Bérchules, de donde ya eran vecinos en 1523, de la mano de los hermanos Diego y Juan de Montoya, naturales de la villa de Entrena, en La Rioja. Diego de Montoya era sacerdote y fue nombrado beneficiado de la parroquia de Alcútar hasta donde se trasladó acompañado por su hermano Juan. Las vicisitudes de esta familia nos llevaron a rememorar una incursión de piratas turcos en Dalías, el hallazgo de los libros plúmbeos y todo el proceso llevado a cabo por el arzobispo Pedro de Castro hasta su aceptación como auténticas reliquias católicas -lo que acabó propiciando la fundación de la abadía del Sacromonte- y el proceso de beatificación y canonización de San Juan de Dios”.

Continúa el historiador haciendo mención a la otra familia escogida para esta conferencia, la de los Castillo, “familia de repobladores procedentes de Castilmimbre, pueblo perteneciente a la jurisdicción de la villa de Brihuega en Guadalajara, que llegaron a Bérchules en 1574 tras la expulsión de los moriscos. Con el análisis de esta familia pudimos entender mejor cómo era La Alpujarra en el momento de la repoblación y como se desarrolló el proceso repoblador en Bérchules durante sus primeros años”.

Durante estas segundas jornadas se ha podido comprobar cómo algunas familias que actualmente viven en Bérchules son descendientes directos de estas dos familias estudiadas, los Montoya y los Castillo, poniendo así de manifiesto el vínculo existente entre estas antiguas familias y los actuales vecinos del pueblo.

Finalmente, todos los asistentes que acudieron presencialmente a estas segundas jornadas pudieron degustar un dulce de origen andalusí, llamado almojábanas, que los moriscos de Bérchules ya consumían hace 500 años, como consta en la documentación recabada durante la investigación.