“Me motiva mucho pensar que mi historia pueda ser un referente para otras chicas que estén iniciando su carrera”

La lanjaronense Ana Isabel Gálvez, una gran innovadora que eligió una carrera técnica para poder ayudar a solucionar problemas reales.

Anais, que es como la conocen en el pueblo, es todo talento tanto en lo académico (acaba de ser galardonada por su brillante expediente en los Premios Wonnow de Microsoft y Caixabank) como en lo profesional (ha creado un dron que usa como herramienta para la detección y observación del desarrollo de posibles enfermedades y plagas que afectan en el ámbito de la agricultura).

Recientemente has sido galardonada por tu brillante expediente académico y trayectoria en los Premios Wonnow de Microsoft y CaixaBank. De entre casi mil estudiantes tú fuiste una de ellas. ¿Esto cómo se digiere?

Es difícil de expresar en pocas palabras todos sentimientos experimentados. Principalmente, diría que con ilusión y orgullo de que tanto esfuerzo y dedicación se vean valorados. Muchas veces subestimamos nuestras capacidades y no creemos estar a la altura, por lo que ha supuesto un impulso que me anima, tanto a mí como a otras estudiantes, a seguir luchando por las metas y nuevos desafíos que se presentan en el camino. Además, me motiva mucho pensar que, gracias a la difusión que está  recibiendo la noticia, mi historia pueda ser un referente para otras chicas que estén iniciando su carrera. 

Tu impresionante trayectoria académica se gestó en Lanjarón, tu pueblo. ¿Cómo empezó todo?

Imagino que empezó con la educación que mis padres y abuelos me inculcaron desde pequeña. “La educación es un privilegio que te da libertad/alas para decidir tu camino” o “hagas lo que hagas, da lo mejor de ti” son frases de mis abuelas que conforman mi forma de ser a día de hoy. Además, recuerdo que sus regalos eran educativos (como puzzles), a mí me llamaban la atención y a ellas les gustaba enseñarme.

Otro factor que considero importante es que mis padres me enseñaron que “quien algo quiere algo le cuesta”, y con esfuerzo y constancia lo complejo se vuelve simple y lo inimaginable posible. Esas son pequeñas lecciones, palabras claves que dejan una filosofía, y que poco a poco me han ido formando como persona.

¿Desde cuándo te viene la vocación por los números y la ingeniería?

Desde que tengo uso de razón, siempre me ha gustado descubrir cómo funcionaban las cosas, diseñar, aprender e innovar, pero no puedo decir que desde un primer momento tuviera claro que de mayor quisiera ser ingeniera. Recuerdo que con unos 7 u 8 años, me gustaba jugar enseñando matemáticas a mi hermana, y con 11 o 12 años empecé a asistir a competiciones de matemáticas y ortografía. Tras ganar varios premios en las Olimpiadas Costa-Alpujarra y ser seleccionada por el proyecto nacional Estalmat, decidí al finalizar el instituto que mi carrera tenía que estar vinculada con las matemáticas. Gran peso de esta decisión se debe a las lecciones que este proyecto me aportó, pues pude experimentar que las áreas que más me atraían eran las técnicas, informáticas y aquellas relacionadas con la visión espacial. En bachillerato, formé parte del proyecto Piiisa en el ámbito astrofísico. Esto me ayudó a decantarme finalmente por la carrera de Ingeniería Aeroespacial, ya que unificaba tanto el diseño y las matemáticas, como la informática, la tecnología y el sector aeroespacial. 

Un camino académico elegido en el que siempre ha habido más hombres que mujeres.

La verdad es que mi trayectoria académica siempre se ha visto marcada por una clara brecha de género en las aulas, llegando a ser la única chica en las clases de dibujo técnico, tanto del Instituto de Lanjarón como de Bachillerato en Órgiva. Sin embargo, eso no supuso diferencia alguna con el resto de mis compañeros. Todo lo contrario, nunca me ha importado romper con los estereotipos de género para hacer lo que realmente me gusta. Esta filosofía me ha llevado a ser el mejor expediente femenino y 5ª de mi promoción. El camino es duro para cualquier género, pero con ganas y esfuerzo se consigue.

No hay docente que hayas tenido que no hable bien de ti. Supongo que su ayuda, junto a la de tu familia, ha sido clave para tu gran trayectoria.

Por supuesto. En cada etapa me han acompañado múltiples docentes que han ido sembrando las lecciones y enseñanzas que hoy me nutren como persona. Resaltar a algunos implicaría dejar sin mencionar otras figuras que, en el trascurso de primaria hasta finalizar la Universidad, han dejado en mí una huella. Sin embargo, quiero destacar a aquellos docentes cuya vocación por la enseñanza son capaces de trasmitir; a los que apuestan y animan a sus alumnos a llegar lejos; y a los que prestan su ayuda al margen de los asuntos académicos. Estos, junto con los valores inculcados por mi familia y su apoyo para aprovechar todas las oportunidades que me han ido surgiendo, han sido pilares clave que han marcado mi trayectoria.

En tercero de carrera se te plantea un reto: usar un dron como elemento de precisión en la agricultura. ¿Esto, en la práctica cómo se hace?

Sinceramente, con ganas de aprender y gran organización para estar a la altura. Pero sobre todo, con vocación por el trabajo altruista, “trabajo por amor al arte de aprender” como lo llama mi tutora Juana Martínez.

En el aspecto más técnico, implica generar los conocimientos que permitan plantear y poner en práctica un proyecto de innovación desde cero. Es decir, requiere investigación del actual estado del arte, dimensionado y diseño del prototipo, elección y compra de los materiales que se ajusten al limitado presupuesto, así como su posterior construcción y operación. De esta forma, junto a mis 2 compañeros, creamos un dron versátil que permitiese el desarrollo de futuras ideas para aplicaciones específicas.

Una de estas aplicaciones es la base de mi trabajo fin de grado y máster. Esta nace del interés por desarrollar una solución a problemas reales de mi entorno cercano, y se enfocó en usar el dron como herramienta para la detección y observación del desarrollo de posibles enfermedades y plagas que afectan en el ámbito de la agricultura.

¿Qué supone para la agricultura el uso de esta herramienta?

Supone tanto una primera solución de bajo coste a problemas fitosanitarios que influyen directamente en la productividad y rentabilidad de las explotaciones agrícolas.

Esta herramienta ayudaría en las labores agrícolas de múltiples formas. No sólo abarata los costes de mapeo del terreno, en comparación con el uso de ortofotografías obtenidas de vehículos aéreos como helicópteros y aviones, sino que además aumenta la precisión y reduce el tiempo de espera con respecto a ortofotografías públicas. Es decir, permite generar un mapa global de la explotación actual con mayor resolución y calidad. Así como, realizar un muestreo de los cultivos con el que se valore el estado de la plantación, la evolución de posibles estados anómalos, y se cuantifique el daño para poner medidas cuanto antes.

¿Y en una zona como La Alpujarra crees que ayudaría aún más a los agricultores a desempeñar sus labores en el campo?

Sin lugar a duda. La motivación para desarrollar esta herramienta nace en La Alpujarra, concretamente en la explotación familiar que rige mi padre Baltasar en Lanjarón. Esta herramienta está especialmente diseñada tomando como referencia cultivos característicos de la orografía alpujarreña, como son el naranjo, el almendro, la vid o el olivo. Esto permite extraer información práctica y facilita el análisis continuo, llegando a puntos donde al ser humano le requiere más esfuerzo y tiempo alcanzar. Además, permite tener mayor control y monitorización del estado fenológico y fitosanitario de estos cultivos. Teniendo en cuenta el abrupto terreno de la Alpujarra, permitiría tomar decisiones que frenen la evolución del problema a un menor coste.

Durante estos meses trabajas becada en el proyecto de Sistemas Inteligentes en Procesos ¿cuéntanos qué estás haciendo?

Principalmente trabajo y aprendo de los grandes profesionales que me rodean en el proyecto, sobre distintos aspectos del ámbito tanto tecnológico como del financiero. Me encuentro colaborando en la implementación y desarrollo de técnicas de Machine y Deep-Learning que aplican a los 2 grandes proyectos. Además, manejo los datos de entrenamiento para estos modelos de Inteligencia Artificial y los softwares para el análisis del rendimiento del asistente virtual de la entidad. Paralelamente, continuo mi formación dentro del programa de mentoring de Microsoft, el cual se centra entrenar y desarrollar  nuestras “soft skills”, es decir,  capacidades que se aprenden de la experiencia y facilitan las relaciones interpersonales dentro del ámbito laboral.