The New York Times se hace eco de la iniciativa de recuperación de la acequia de Barjas (Cáñar) por parte del Memolab de la UGR  

Este proyecto ha conseguido hacer realidad el sueño de muchos agricultores de la zona con la recuperación de una acequia que llevaba décadas en desuso

Que un medio de comunicación de gran relevancia en todo el mundo se haga eco de iniciativas tan importantes para la comarca de La Alpujarra es digno de mencionar. El periódico estadounidense ‘The New York Times’ ha publicado un reportaje sobre las acequias de La Alpujarra y el proyecto de recuperación de la acequia de Barjas en Cáñar que lleva a cabo el Memolab de la Universidad de Granada.

En dicho reportaje (https://www.nytimes.com/2023/07/19/world/europe/spain-drought-acequias.html?searchResultPosition=6) hacen alusión a que “algunos agricultores que tenían alrededor de 80 años lloraban porque pensaban que nunca volverían a ver el agua fluir”, declaraciones de José María Martín Civantos, uno de los promotores de una iniciativa que ha conseguido hacer realidad el sueño de muchos agricultores de la zona con la recuperación de una acequia que llevaba décadas en desuso. Un hecho que ha permitido incluso “a algunos vecinos a volver a cultivar cerezas y kiwis”.

El pasado 6 de mayo tuvo lugar la limpieza anual de la acequia de Barjas en Cáñar. Se trata de una actividad participativa organizada por el Laboratorio de Arqueología Biocultural (MEMOLab), de la Universidad de Granada en colaboración con la Comunidad de Regantes de Cañar y la Asociación Acequias Históricas.

En torno a 60 voluntarios de diferentes disciplinas e intereses (arqueología, historia, medioambiente…) fueron los participantes en la limpieza de la acequia de Barjas, que se lleva a cabo anualmente desde el año 2013, y que consistió en la retirada de tierra y vegetación del cauce, acumulado durante el año para lograr el paso del agua por la acequia para el riego estival. Previo al trabajo, los coordinadores del MEMOLab y de la Comunidad de Regantes de Cáñar explicaron la forma en la que se debe proceder a la limpieza: los grupos de trabajo o “cuadrillas” van recogiendo la tierra y vegetación usando palas y azadas.

Los miembros de la Comunidad de Regantes fueron los encargados de explicar las técnicas tradicionales con las que se limpian y mantienen estos sistemas de regadío tradicional e histórico. Estos “están documentados desde época medieval y prestan numerosos servicios ecosistémicos, culturales e históricos al medio en el que se encuentran”, apuntan desde la organización, quienes añaden que “es importante mantenerlos y protegerlos”.