Carpintería Soportújar triunfa dentro y fuera de La Alpujarra con sus trabajos de madera de fresno

Esta empresa familiar que da trabajo a ocho personas se dedica, principalmente, a fabricar ventanas de cierre europeo y hermético de doble acristalamiento

Carpintería Soportújar se ha hecho famosa dentro y fuera de La Alpujarra por los excelentes trabajos que realiza a particulares y a otras carpinterías. Este taller, situado a la entrada de Soportújar, de casi 1.000 metros cuadrados de superficie, fabrica de forma artesanal puertas de madera para interiores y exteriores, ventanas, balcones, piezas de decoración para casas y negocios, etcétera. Esta empresa tiene 80 años de vida. En un principio José Domínguez realizaba aperos de labranza, principalmente. Su padre, anteriormente, construía molinos de harina de madera. En la actualidad, y tras heredar de su padre la profesión y el taller que ha sido ampliado y modernizado, Carpintería Soportújar pertenece a los hermanos Jorge y José Domínguez Berrio.

Según Jorge Domínguez “lo que más estamos dedicados es a fabricar ventanas de cierre europeo y hermético con doble acristalamiento. El 70% de nuestros trabajos son para extranjeros. También realizamos trabajos a particulares y a otras carpinterías de fuera que carecen de maquinarias para hacer nuestros productos. Hoy en día la mayoría de las carpinterías están pasando a montadores. Carpinterías como la nuestra van quedando pocas que trabajen la madera, porque se está yendo todo al aglomerado. Nuestra empresa trabaja a empresas de Dúrcal, Padul, Nigüelas, Almuñécar, Málaga, etcétera. También trabajamos a muchos particulares de La Alpujarra. Hacemos de todo: escaleras, barandas, cocinas, armarios a medida, vestidores, suelos de madera, puertas de calle, de todo lo que se pueda imaginar uno en madera lo hacemos”, ha indicado este artesano.

Carpintería Domínguez da trabajo a ocho personas. “Uno de los trabajadores lleva con nosotros veinte años. Gracias a nuestra carpintería ha venido gente a Soportújar a vivir. Otro de nuestros carpinteros lleva con nosotros catorce años, otro, cuatro años, etcétera. El 90% de la madera que usamos es de fresno porque es muy parecida al castaño y al roble. Es una madera muy buena y noble para trabajarla. Los sábados y domingos cerramos. Mi hermano y yo empezamos a trabajar la madera desde muy jóvenes para ayudar a mi padre (ya fallecido) y a mi madre en la carpintería. A nosotros trabajo y encargos no nos faltan. Vamos muy bien. En nuestro taller existe mucha maquinaria y una cabina de barnizado. Uno de nuestros últimos trabajos en La Alpujarra ha sido el nuevo techo de la iglesia de Cástaras. Como antes he dicho trabajo no nos falta faena porque somos serios y ofrecemos mucha calidad”, ha terminado diciendo Jorge Domínguez.

La carpintería es uno de los trabajos más antiguos que existen. Surgió cuando nuestros antepasados tuvieron que usar las primeras herramientas de mano. Una de las primeras muestras fue hallada en Alemania, se trata de enormes robles talados con azuelas de piedra por un granjero hace aproximadamente siete mil años (Neolítico). En el siglo XII (1271) cuando ya era un oficio bien desarrollado, se formó una organización y en 1881 un sindicato, siempre junto al carpintero está el aprendiz y de este modo el oficio fue pasando de generación en generación hasta el día de hoy, teniendo en cuenta la evolución que ha tenido, ya que con el tiempo se ha creado más maquinaria que agiliza el proceso de producción. La comarca de La Alpujarra en otros tiempos contó con muchísimas carpinterías. El pueblo que más tuvo fue Lanjarón, superando la veintena. Ahora van quedando pocas en esta comarca y en otros lugares.