Los vecinos de La Alpujarra alta protestan por el traslado de su sacerdote a otras parroquias

Alfonso Aguilar, que ha estado siete años al frente de las iglesias de Capileira, Bubión, Pampaneira, Soportújar, Atalbéitar, Mecina Fondales y Ferreirola, será trasladado “por haber escandalizado y confundido a la gente por abrir iglesias a eventos culturales”

El sacerdote de Capileira, Bubión, Pampaneira, Soportújar, Atalbéitar, Mecina Fondales y Ferreirola, Alfonso Aguilar González, se ha dirigido a través de las redes sociales para indicar lo siguiente: “Buenas a todos. Este mes cumplo 7 años como párroco en La Alpujarra. Según el arzobispo saliente, don Javier, he escandalizado y confundido a la gente por abrir iglesias a eventos culturales. En consecuencia me traslada desde este domingo como párroco de Chimeneas, Ácula y Castillo de Tajarja, siguiendo como profesor de metafísica, filosofía del conocimiento y lógica en Granada lunes y martes. Me sustituye don Fran, sacerdote africano radicado en Granada desde hace tres años, sencillo, bueno, alegre. Que se sienta tan bien acogido como yo. Pido perdón si he escandalizado u ofendido a alguien en estos años. Agradezco de corazón a quienes habéis ayudado en las  parroquias con apertura de iglesias, liturgia, catequesis, lotería, donativos, restauraciones y un largo etcétera”.

“Muchas gracias a los alcaldes y Ayuntamientos por su sintonía y colaboración. Mil gracias a todos por vuestra cercanía, amistad y ayuda. Juntos hemos restaurado en  las iglesias de Capileira, Bubión, Pampaneira, Mecina Fondales, Soportújar, Atalbéitar y Ferreirola, y en las ermitas de Bubión y Fondales, con 267.000 euros conseguidos con sudor, iniciativas, ayudas civiles, sin préstamos ni ayudas del obispado, como se ve en el archivo anexo. Juntos hemos puesto en valor nuestro patrimonio artístico y religioso: folleto bilingüe de las iglesias, artículos y museos parroquiales en Capileira, Bubión, Mecina Fondales y Soportújar. Estaba en proyecto del museo y restauración del campanario de Pampaneira. Juntos hemos ayudado a los necesitados con alimentos a los comedores sociales de Granada cada semana durante la pandemia. Hemos convivido en las de San Isidro en Capileira y San Antonio en Bubión, festejos, celebraciones, viajes a Motril y Granada, peregrinaciones nacionales de 5 días (León, Murcia, Cáceres, El Bierzo) y al extranjero (dos veces a Roma y otras dos a Jordania y Tierra Santa). Solo me quedan gratos recuerdos, lazos de amistad y gratitud a todos. Muchas gracias a todos y hasta pronto, don Alfonso”, termina diciendo el sacerdote Alfonso Aguilar.

A la gente le ha sentado muy mal el traslado del párroco de La Alpujarra alta a otro lugar de la provincia de Granada. Un vecino de Capileira, que prefirió quedar en el anonimato ha indicado que “don Alfonso han restaurado y puesto en valor las iglesias que él ha llevado. Él ha demostrado ser un cura bueno, cercano, muy humano y muy amable con la gente. Ha conseguido mucho dinero sin préstamos de los bancos no del Arzobispado para poner en valor las parroquias con mucho sacrificio. Es el mejor cura que hemos tenido. El arzobispo Javier no se ha portado bien con él. Menos mal que se va a jubilar, pero como siempre haciendo daño porque ha demostrado ser un mal católico y una mala persona”.

Alfonso Aguilar ha oficia cada año más de 600 misas dominicales, de difunto, festivas, bodas, etcétera, en los pueblos de Capileira, Bubión, Pampaneira, Soportújar, Mecina Fondales, Ferreirola y Atalbéitar. El confinamiento lo vivió en la casa parroquial de Capileira, usando las redes sociales para seguir estando en contacto con sus feligreses y escribiendo un libro. Este cura nació en León y ha sido profesor de Filosofía en Nueva York  y Roma, donde conoció a Juan Pablo II. Ha impartido cursos y conferencias sobre filosofía, apologética y espiritualidad en 15 países de Europa, América y Asia. Ha publicado más de un centenar de artículos en periódicos y revistas especializadas en español, italiano e inglés. También ha publicado y coordinado la edición de varios libros en italiano e inglés. Entre los más recientes citados What Is Death? (Ciudad del Vaticano, 2009) y Life Together (Ciudad del Vaticano, 2013). Una de sus obras: ‘Juan Pablo II, fotos de un alma’, está prologada por Paloma Gómez Borrero, periodista que fue y corresponsal en el Vaticano, ya fallecida. Las fotos que ilustran el libro pertenecen a Arturo Mari, fotógrafo de los Papas durante 51 años.