El párroco de La Alpujarra alta convierte sus iglesias en museos religiosos

Las primeras iglesias y campanarios que ya se pueden visitar y que posee más de 300 piezas antiguas son las de Mecina Fondales y Capileira

Paneles, cuadros, ornamentos, mantos, libros, enseres litúrgicos y caseros, herrajes y yunques, campanas del año 1796, bóvedas y vigas originales, vistas espectaculares desde las torres de las iglesias… El sacerdote de las parroquias alpujarreñas de Capileira, Bubión, Pampaneira, Soportújar, Atalbéitar, Mecina, Fondales y Ferreirola, Alfonso Aguilar González, está convirtiendo los campanarios y recintos parroquiales como, y por ejemplo, las sacristías, en museos de arte religioso.

Alfonso Aguilar ha indicado que “últimamente hemos mejorado y ampliado el museo religioso de la iglesia de Mecina Fondales. Y muy pronto vamos a abrir los museos religiosos de las iglesias de Bubión y Soportújar. Después abriremos otro museo en la iglesia de Pampaneira. Abriremos en este pueblo a la misma vez el museo y el campanario. El museo de la iglesia de Capileira, abierto hace unos meses, marcha muy bien y son muchas las personas que lo visitan”, terminó diciendo.

Alfonso Aguilar González, oficia cada año más de 600 misas dominicales, de difunto, festivas, bodas, etcétera, en los pueblos de Capileira, Bubión, Pampaneira, Soportújar, Mecina, Fondales, Ferreirola y Atalbéitar. En todo momento se guarda el protocolo establecido en los recintos religiosos para combatir el coronavirus. Los sábados, Alfonso Aguilar, dice misa por la tarde en la parroquia de Mecina, los domingos por la mañana atiende las tres iglesias del Barranco de Poqueira, y por la tarde oficia misa en la iglesia de Soportújar. Don Alfonso Aguilar celebra también muchas liturgias y actos religiosos durante las fiestas patronales de los ocho pueblos encomendados. El confinamiento lo vivió en la casa parroquial de Capileira, usando las redes sociales para seguir estando en contacto con sus feligreses y escribiendo un libro. Sus sermones son maravillosos. Muchos alpujarreños han conocido Tierra Santa, El Vaticano y otros lugares gracias a este cura.

Alfonso Aguilar nació en León y ha sido profesor de Filosofía en Nueva York y Roma, donde conoció a Juan Pablo II. Ha impartido cursos y conferencias sobre Filosofía, Apologética y Espiritualidad en 15 países de Europa, América y Asia. Ha publicado más de un centenar de artículos en periódicos y revistas especializadas en español, italiano e inglés. También ha publicado y coordinado la edición de varios libros en italiano e inglés. Entre los más recientes citados What Is Death? (Ciudad del Vaticano, 2009) y Life Together (Ciudad del Vaticano, 2013). Una de sus obras: ‘Juan Pablo II, fotos de un alma’, está prologada por Paloma Gómez Borrero, periodista que fue y corresponsal en El Vaticano ya fallecida. Las fotos que ilustran el libro pertenecen a Arturo Mari, fotógrafo de los Papas durante 51 años. Alfonso lleva varios años en La Alpujarra. Es un religioso amable, entrañable, muy culto y admirable. Sus feligreses sienten una profunda admiración por este sacerdote. Razones no les faltan. Alfonso Aguilar ha sido pionero en convertir las iglesias en museos religiosos. Alfonso es un fuera de serie.