Marianita, frutera del Mercado de Lanjarón desde los 15 años
Esta mujer, con 37 años en el oficio, aprendió a ser tendera vinculada a la alimentación de la mano de su madre Rosa Álvarez
Desde pequeña a Mariana Salazar Álvarez le gustó mucho lo de ser tendera en el Marcado Municipal de Abastos de Lanjarón. Hay cosas que se llevan en la sangre, como el deseo de ser cantante, enfermera, artesana, cocinera, empresaria, etcétera. En el caso de Mariana su ilusión fue y sigue siendo la venta al por menor. En concreto la vinculada al sector alimenticio. Quizás porque lo vivió desde que tenía 15 años con su madre Rosa Álvarez López en uno de los puestos del Mercado. Mariana lleva 37 años vendiendo patatas, pimientos, cebollas, ajos, espárragos, peros y peras, cerezas, ciruelas, níspolas, melones y sandias, calabazas, caldos, cebolletas, lechugas, pepinos, caquis, berenjenas, aguacates, chirimoyos, piñas, melocotones, uvas, plátanos, zanahorias, rábanos, puerros, espinacas, acelgas, coliflor, brócoli, alcachofas y otros productos de primera calidad y buen precio. A Mariana se le conoce en Lanjarón como Marianita.
El padre de Mariana, llamado Antonio Salazar (ya fallecido) se dedicó a la agricultura, a cosechar en la Junta de los Ríos productos del campo para que su familia los vendiera en el Mercado Municipal de Abastos de Lanjarón. Según Mariana “en mi puesto vendo muchísimas cosas: habas del terreno que también las cría mi hermano, guisantes, tomates de Vélez de Benaudalla, plátanos, sandías, coles, etcétera. También se vende mucha patatas, cebolletas y lechugas de Motril, alcachofas y espárragos de Granada, etcétera Mi puesto está abierto al público de lunes a sábado, de nueve de la mañana a dos y media de la tarde. De momento soy la única que vendo fruta y verdura en este lugar, propiedad del Ayuntamiento de Lanjarón. A mí me encanta vender. Recuerdo que cuando tenía pocos años me montaba en una banastilla para poder alcanzar el mostrador. Para ser buena tendera hay que ser agradable y escuchar lo que a la gente le gusta y ofrecer buena calidad y buen precio. A mi puesto también vienen muchos ingleses y personas residentes de otros países porque les encantan la verdura y la fruta. A ellos también les gusta que se les atiendan bien y con agrado. Eso lo agradecen mucho”.