Los toros de la polémica en Cádiar hace 124 años

El gobernador civil de Granada prohibió en 1898 al Ayuntamiento de Cádiar la celebración de una corrida de novillos en la feria y fiestas por adeudar cantidades de dinero a los maestros de escuela

En mayo de 1882, el Rey Alfonso XII, concede al pueblo de Cádiar el título de villa, según consta en el Real Decreto: “Por sus preclaros antecedentes históricos, el desarrollo de su industria, o aumento de su vecindario”, entre otras razones.  Años más tarde, acorde con este flamante título real, el Ayuntamiento de Cádiar hace las gestiones necesarias para conseguir la autorización y así poder celebrar todos los años la Feria Real de Ganados, “que será sin duda una de las más importantes y concurridas de La Alpujarra por la posición central que ocupa Cádiar en la región” según aparece en las páginas de El Defensor de Granada, 28 de septiembre de 1897.

De esta manera, las gestiones municipales llegan a buen puerto para poder celebrar la Primera Feria de Ganados los días 4, 5 y 6 de octubre de 1897; eso sí, en principio, contó con las quejas y desaprobación de los pueblos de Órgiva y Ugíjar por coincidir en fechas con las suyas. Así, se unía a las tres ferias de ganado que ya se celebraban en la comarca: la de Albuñol, Órgiva y Ugíjar.

Pues bien, según el profesor, escritor e investigador de Cádiar, Francisco García Valdearenas,  «en 1898, año de la pérdida de Cuba  y Filipinas, del imperio de Ultramar, las autoridades municipales y vecindario de Cádiar para darle más realce y atractivo a la nueva feria han hecho respectivamente  grandes esfuerzos para reunir los fondos necesarios a fin de celebrar esplendidos e importantes festejos…Música de fama acreditada, escogidos y variados fuegos artificiales con iluminaciones en la portada del templo, globos y fantoches, cucañas, veladas amenas y divertidas y dos importantes corridas de novillos -toros de muerte estoqueados”…, según El Defensor de Granada de 25 de septiembre de 1898. Debemos destacar, que cuando la Corporación Municipal programó con toda la ilusión de contentar a los vecinos y forasteros con el espectáculo taurino no contaba con el contratiempo que a continuación relatamos, según aparece en las páginas del periódico La Publicidad, 6 de septiembre de 1898, en las que se expone: el alcalde de Cádiar ha solicitado permiso del Sr Gobernador Civil para celebrar corridas de novillos con motivo de la feria y fiestas que han de verificarse  en dicho pueblo los días 6 y 7 de octubre próximo a esta misiva , le ha contestado el Sr. Díaz Valdés que no autorizará tal clase de espectáculos, siempre que los municipios que lo soliciten adeuden cantidades a los maestros de escuela, como ocurre con el de Cádiar», relata Valdearenas.

 El escrito sigue diciendo lo siguiente: «Debemos adelantar que esta contrariedad fue solventada a tiempo y se celebraron las anheladas tardes taurinas. Algunos paisanos acusaron al maestro Juan Romero de la Torre de lo sucedido, que se había quejado ante el gobernador por las mensualidades que les debía el Ayuntamiento. En estos años, las escuelas eran municipales, habrá que esperar unos años para que sean estatales. El impago a los maestros por parte de los ayuntamientos no era un tema exclusivo de Cádiar, pues ocurrían en muchos pueblos de la provincia. El periódico El Día de 9 de octubre de 1885, escribe: “Los periódicos de Granada lamentan el estado en que se hallan los profesores de primera enseñanza de varios pueblos de aquella provincia. A los de Busquístar solo se le ha abonado en el periodo de nueve meses 150 pesetas. Los de Narila hace un año que no cobran ni un céntimo habiendo sido desatendidos por la Junta de Instrucción Pública dos instancias que llevaron pidiendo sus haberes”.

«Don Juan Romero -indica García Valdearenas- ante esta cascada de amenazas e insultos reprobatorios, se vio en la necesidad de escribir una nota al diario La Publicidad para defenderse de la acusación recriminatoria y así negar que no intervino en el incidente del Sr. Gobernador. Por lo tanto, el Ayuntamiento de Cádiar abonó los deberes que adeudaba al susodicho maestro. Una vez solventado el entuerto, en la Feria de 1898, nuestros paisanos y forasteros disfrutaron de los toros tal y como nos informa El Enano del 17 de octubre de 1898, Borinqueño y sus cuadrillas torearon en Cádiar (Granada) los días 7 y 8 de octubre. Estando afortunadísimos toreando y matando ambas tardes».

Según Francisco García Valdearenas «en estos años, la población de Cádiar, según el Censo de 1860, que elabora la Junta General del Estado, alcanza la cifra más alta del siglo XIX con 2.375 habitantes y La  Alpujarra ascendía a los 76.912 habitantes. A finales del siglo XIX, La Alpujarra vivirá una serie de calamidades (cólera, filoxera terremotos de 1884) así como una fuerte despoblación, destacando los periodos de pertinaz sequía que se alternan con temporales de lluvias y tormentas, entre ellas, las de los años: 1891, 1892 y 1895, entre otras».

La famosa Banda de Música de Cádiar dirigida por el maestro Moreno en 1889 obtuvo el tercer premio en el Encuentro de Bandas de Música  celebrado en el Teatro Isabel la Católica de Granada.