Las ucranianas acogidas en Lanjarón celebran con los vecinos del pueblo la bendición de las roscas de San Marcos

En la actualidad 37 refugiadas de la guerra tienen su nuevo hogar en la Casa de las Hijas de la Caridad, conocida también como el Convento de Lanjarón

En la explanada del Convento de Lanjarón ha tenido lugar la bendición de las denominadas roscas de San Marcos, elaboradas en las tahonas del pueblo. El encargado de bendecirlas ha sido el sacerdote Antonio Jesús Heredia, acompañado por el diácono permanente, Joaquín Gálvez. A este acto asistieron muchísimas personas de Lanjarón con sus bolsos repletos de roscas para que fueran bendecidas. También estuvieron las personas de Ucrania acogidas en este lugar para alejarlas de la guerra y cantaron dos canciones de su tierra que está siendo masacrada por Rusia.

Antonio Jesús Heredia indicó que “este año hemos celebrado en la víspera de la festividad de San Marcos dos cosas en una. En Lanjarón hay costumbre de celebrar el día 24 de abril por la tarde la bendición de las tradicionales roscas de San Marcos, que las trae la gente de los hornos del pueblo. Antiguamente se celebraba una procesión y los vecinos sacaban a la calle los animales domésticos para que fueran bendecidos. Este año, además, desde que hace un mes, aquí en la Casa de las Hijas de la Caridad, como se le conoce al Convento de Lanjarón, hemos acogido a 60 personas de Ucrania. Ahora tenemos a 37 personas entre nosotros. El más pequeño tiene un año y medio y la más mayor tiene 75 años”.

“La iglesia Cristiano-Ortodoxa tiene la costumbre también de celebrar justamente el Domingo de la Octava, la Pascua y hemos tenido la bendición de las roscas tradicionales de Lanjarón. Además hemos tenido el pastel o pan tradicional de Ucrania que han elaborado estas mujeres en Lanjarón. Este producto lo han hecho aquí, en el Horno de Jiménez. Estuvieron un día entero confeccionándolo y lleva productos secos y todo. Así que hemos unido la tradición de un pueblo con otro. Yo estuve con siete furgonetas en Varsovia para recoger el primer grupo de ucranianas, algunas con sus hijos pequeños. En Semana Santa una mujer de la acogida de aquí tuvo que marchar porque ha su hijo lo habían matado. Por Lanjarón ya han pasado 60 personas de Ucrania. Esta casa es un lugar de paso. Entonces, las personas que van encontrando familias de acogida se marchan con ellas. Solamente hay mujeres, niños y niñas. Los hombres se quedan defendiendo su patria de Ucrania. Dentro del grupo vienen muchachas que saben hablar español”, terminó diciendo el entrañable Antonio Jesús Heredia.