La historia del cañón del Ayuntamiento de Lanjarón
Esta pieza de artillería del siglo XVIII fabricada en plomo fue donada a este turístico y deportivo municipio de La Alpujarra por el almirante de la Zona Marítima del Estrecho
El cañón del siglo XVIII que se encuentra junto al Ayuntamiento de Lanjarón fue colocado en este lugar el domingo día 29 de octubre de 2.000. En este año cumplirá más de dos décadas en este pueblo de La Alpujarra. La pieza viajó desde el Puerto de San Fernando y fue entregada al pueblo en una solemne ceremonia. La Armada hizo entrega del cañón para fortalecer el espíritu cañonero conseguido tras luchar los lanjaronenses durante la rebelión de los moriscos y más tarde durante la Guerra de la Independencia contra los franceses. La pieza mide tres metros de longitud por un metro y medio de altura y pesa 2.700 kilos. El cañón está fabricado en plomo y perteneció a un buque militar. En Lanjarón existen también una cañona y dos cañones de artillería donados estos últimos por el Ejército de España.
La Armada Española, personificada por el almirante jefe de la Zona Marítima del Estrecho, Alfonso Mosquera, obedeciendo a la petición que unos meses antes hizo personalmente el propio alcalde de Lanjarón, José Rubio, al alto mando militar. Rubio comunicó a Mosquera que desde la rebelión de los moriscos, y más adelante durante la Guerra de la Independencia contra los franceses, los lanjaronenses lucharon por su territorio, arrebatándoles en ambas ocasiones varios cañones, y que desde entonces se les conoce a los vecinos de este pueblo alpujarreño con el sobrenombre de ‘cañoneros’. Más adelante explicó al almirante que sería importantísimo para su pueblo contar con un cañón de la Armada Española para que perdurarse ese espíritu cañonero en su pueblo. El almirante prometió hacer todo lo posible para que Lanjarón contara con una pieza de artillería pesada y esa promesa se hizo realidad al poco tiempo.
El cañón fue trasladado desde el Puerto de San Fernando (Cádiz) hasta el Puerto de Motril por el patrullero Vigía, cuya dotación, al igual que muchas autoridades civiles y militares, estuvieron presentes en la entrega. Los asistentes al acto se quedaron sorprendidos cuando, al descubrir el cañón, que preside las puertas del Ayuntamiento de Lanjarón, vieron salir por su boca un ramillete de palomas blancas como símbolo de la libertad y convivencia, según manifestó entusiasmado el entrañable y admirable José Rubio. Tanto el alcalde como el almirante dejaron sorprendido al público con unos versos y quintillas alusivas al acontecimiento.
En su discurso, Alfonso Mosquera destacó que “la Armada y la villa de Lanjarón tienen una vinculación especial desde hace varias décadas, que resulta especialmente gratificante para la Armada por cuanto Lanjarón no es una villa costera…” Por su parte, el alcalde de Lanjarón justificó su petición de un cañón aludiendo a un hecho histórico “que tuvo lugar durante la Guerra de la Independencia, cuando las guerrillas de Lanjarón y sus poblaciones limítrofes consiguieron arrebatar a las tropas napoleónicas un cañón con el que se hicieron fuertes y repelieron la invasión hasta más allá del Puente de Tablate, en la comarca del Valle de Lecrín. Desde entonces y hasta la Guerra Civil Española, momento en que fue retirado el cañón para fundirlo, la pieza ocupó el lugar en que se ha colocado el cañón donado por la Armada”, informó.
Junto a este cañón los vecinos, turistas y visitantes se fotografían a diario. Les encantan hacerlo. Estando José Rubio de alcalde se inauguró otro cañón del Ejército de Tierra, junto al puente del río. Hace poco tiempo el actual alcalde de Lanjarón, Eric Escobedo, inauguró otra pieza de artillería y una bandera de España donadas por el MADOC para completar la Ruta de los Cañones. El coronel jefe de Asuntos Institucionales, Rafael Tinahones García, representó en un emotivo acto en el Mirador del Visillo al teniente general, Jerónimo de Gregorio y Monmeneu. Un gran número de vecinos y autoridades estuvieron presentes en este acto. Una réplica de la antigua cañona está instalada desde hace décadas en un templete junto al otro extremo de la carretera.