La atrayente ‘Fuente de la Gaseosa’ de Ferreirola
Este manantial es uno de los lugares más visitados de La Alpujarra por agüistas, senderistas y amantes de la naturaleza de dentro y fuera de España
Se encuentra resguardada en un silencioso lugar. Descansar, relajarse, evadirse y complacerse está al alcance de la mano. La famosa y concurrida ‘Fuente de la Gaseosa’ situada cerca del casco urbano de la localidad alpujarreña de Ferreirola, perteneciente desde 1975 al municipio de La Taha, es visitada por muchas personas de dentro y fuera de España, y se caracteriza, entre otras cosas, por que posee mayor concentración en gas que otras fuentes de La Alpujarra. La ‘Fuente de la Gaseosa’ se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos del interesante y bello municipio de La Taha, cuyo Ayuntamiento está presidido por Marcelo Avilés Gómez, alto cargo de una empresa multinacional.
La ‘Fuente de la Gaseosa’ estuvo ubicada hace décadas en un terreno más apartado del pueblo propiedad de la familia Mendoza. Y como se encontraba algo alejada, las autoridades y los vecinos de Ferreirola decidieron ubicarla en un lugar más cómodo y más cercano al pueblo junto a un viejo camino de herradura. Algunos habitantes aconsejaron instalar la conducción del agua y la ‘Fuente de la Gaseosa’ en el mismo casco urbano, en la zona de las Cuatro Esquinas, pero esa propuesta no prosperó por diversos motivos.
Las aguas carbogaseosas –según los expertos- contienen una concentración mayor de 250 mg/l. de carbónico libre. Los baños gaseosos tienen múltiples beneficios: producen estímulos respiratorios, dilatan los vasculares, aumentan la contracción fibra miocárdica y funcionan de sedantes del sistema nervioso vegetativo. Por vía oral son estimulantes de la secreción gástrica y del peristaltismo intestinal. Aplicadas en baños a temperatura 33-35º C mejoran las enfermedades cardiacas crónicas, las enfermedades vasculares y los reumatismos.
Los orígenes de Ferreirola se remontan a la época romana y en él se encuentran numerosos restos arqueológicos que demuestran su importancia durante la ocupación árabe. Su nombre significa ‘pequeña mina de hierro’ y es un diminutivo de Ferreira. Históricamente Ferreirola era cabeza de municipio con el anejo de Atalbéitar.
Ferreirola es uno de los pueblecitos de La Alpujarra con más encanto y está ubicado dentro del Sitio Histórico de la Alpujarra Media y La Taha, y tiene su trama urbana y entorno protegidos como Bien de Interés Cultural. Su enclave lo hace participe de numerosas rutas de senderismo. Este pueblo ha sabido salvaguardar sus costumbres, cultura y arquitectura tradicional.
Los manantiales de aguas minero-medicinales son algo frecuentes en la Alpujarra. Desde muy antiguo se sabe que sus especiales características físico-químicas producen efectos beneficiosos para la salud. Su composición puede ser muy variada, desde las desmineralizadas a las mineralizadas, desde las frías a las termales y desde las gaseosas a las normales. En la mayoría de los casos predominan en La Alpujarra las aguas ferruginosas o agrias de alto contenido en hierro y en menor medida las gasificadas de forma natural.
Es muy conocido el desarrollo que alcanzaron las termas en la época romana, extendida a lo largo de todo el imperio. También, en el periodo de la dominación árabe se hizo un uso generalizado de la cultura del agua en todas sus vertientes, incluido el desarrollo de instalaciones balnearias. En la Alpujarra existen un gran número de manantiales de aguas curativas y minero-medicinales en Lanjarón, el Barranco de Poqueira, La Taha, Pórtugos, Los Bérchules, Alpujarra de la Sierra, Válor, Cádiar, Cástaras, Lobras, Nevada…
Muchos manantiales de La Alpujarra están desaprovechados y si los ayuntamientos y las instituciones competentes los pusieran en valor construyendo al menos zonas para baños y algunas pequeñas infraestructuras, respetuosas con el medio ambiente, se potenciaría esta clase de recursos, los tratamientos termales y las zonas como destino para unas vacaciones entre fuentes de salud y bienestar. En el término de Cástaras comenzaron hace años las obras de recuperación de los famosos Baños del Piojo, pero, y a pesar de haberse empleado mucho dinero en la primera fase de la construcción del balneario, el proyecto quedó paralizado.