Familiares del beato José Rescalvo Ruiz se darán cita en Juviles para descubrir una placa y asistir a un acto religioso

Este sacerdote, que fue asesinado, ayudó a muchos pobres de La Alpujarra y dio clases gratuitamente a muchos jóvenes para que prosperaran y pudieran alcanzar otras metas y mejores niveles de vida

Muchos familiares del recientemente nombrado beato José Rescalvo Ruiz, nacido en Juviles en mayo de 1880 y asesinado por la ‘sin razón’ en 1936, van a visitar el pueblo alpujarreño de Juviles el próximo día 27. Medio centenar de personas se darán cita en este municipio. La alcaldesa, Lourdes Molina, los recibirá y acompañará. A las doce del medio día se celebrará un acto religioso en la iglesia. Posteriormente se descubrirá una placa conmemorativa de la beatificación de José Rescalvo Ruiz. Después se realizará una visita al secadero de Jamones de Juviles, uno de los más importantes de España. El Ayuntamiento ofrecerá un ágape a los familiares del beato. Los padres de José: Juan y María Josefa eran del pueblo de Lobras.

Cuando José Rescalvo cumplió 14 años fue matriculado como alumno interno en el Seminario de Granada. Este joven dio pruebas de ser un alumno inteligente y estudioso, ya que aprobó los cuatro cursos de Latín y Humanidades. A partir del año 1898-1899, estudió los tres años de Filosofía Escolástica con la puntuación también de sobresaliente. En segundo curso obtuvo el ‘Premio’, que era un pergamino que, cada año, se les concedía a los alumnos de los diferentes cursos, que habían obtenido las mejores calificaciones escolares. Por último, y con las consabidas puntuaciones de sobresaliente, concluyó los cuatro años de Sagrada Teología. José Rescalvo fue ordenado presbítero por el arzobispo de Granada, José Meseguer y Costa el día 22 de septiembre de 1906. La solemne ceremonia tuvo lugar en la Iglesia del Seminario de San Cecilio.

El día 6 de mayo de 1907, comenzó su trabajo pastoral con el nombramiento de Cura Ecónomo de Castell de Ferro y encargado de Calahonda. Pero José, como buen alpujarreño, prefirió el frío seco y sano de los pueblos de la sierra de La Alpujarra a las templanzas y húmedas brisas de la Costa Mediterránea. Y cuatro meses más tarde ejercía el sagrado misterio en Pampaneira. También estuvo en Trevélez, Cástaras y Cádiar. Desde el año 1932 el párroco de Cádiar fue perseguido. No fue el único. Las autoridades municipales le hicieron saber que quedaban prohibidas las procesiones de Semana Santa. José Rescalvo fue metido en prisión por orden del comité local. También fue multado por haber tocado las campanas de la iglesia. Recobró la libertad una vez que fue entregada la cantidad exigida. Sus hermanas se vieron obligadas a pedir ayuda económica.

Los tres hermanos se marcharon entonces a un pequeño cortijo cercano a Cádiar, situado en la Cuesta del Molino. Durante unos días vivieron en paz. Pero un atardecer de finales de septiembre se presentaron en el cortijo unos individuos. Se escucharon en la puerta unos golpes. El sacerdote debido a su enfermedad se encontraba en el lecho. Una hermana del sacerdote preguntó diciendo ¿Quién llama? Y la voz bronca y fuerte de un desconocido respondió: “venimos buscando al cura; abran pronto la puerta, porque ahora mismo tiene que venirse con nosotros a prestar unas declaraciones ante el comité del pueblo”. “Pero si mi hermano está en cama, porque se encuentra muy enfermo”, dijo la mujer, desde dentro. “No importa, exigimos que se abra la puerta, y que sea pronto”, contestó con impaciencia el miliciano.

Las dos hermanas, asustadas y llenas de preocupación, bajaron y descorrieron el cerrojo, quedando abierta la puerta. Momentos después apareció el cura con dos muletas y saludó con cordialidad y educados modales a los milicianos armados con escopetas. De nada sirvieron las palabras de Rescalvo. Cuando se lo llevaron por un camino le dispararon y lo asesinaron. Su cuerpo fue llevado al cementerio de Lobras. Murió como mártir de Cristo a la edad de 56 años, 4 meses y 9 días. Este sacerdote se preocupaba de los pobres y daba clases gratuitamente a los jóvenes. En el mismo lugar en el que cayó con su cabeza destrozada se levantó una cruz, y junto a ella, una lápida conmemorativa.

José Rescalvo y otros 15 compañeros mártires de la persecución religiosa en España fue beatificado en la Iglesia Catedral de Granada el 26 de febrero de este año 2022.