Ermitaña de las Ánimas por devoción
Una vecina de Mecina Bombarón, María Sancer, nacida en 1939, mantiene viva la llama que alumbra durante todo el año el interior de la ermita de las Ánimas Benditas
La ermitaña de las Ánimas Benditas de Mecina Bombarón se llama María Sancer Manzano, tiene 83 años de edad y desde hace tres lustros se encarga del pequeño recinto religioso para que no le falten luminarias en su interior durante todo el año. Hace años la ermita era asistida por dos hermanas, ya fallecidas, conocidas por ‘Las Cervillicas’. Después ocupó el cargo Isabel y más tarde María. Desde hace poco tiempo le ayuda a María su hija Rosario desde que enviudó.
María visita la ermita todos los días. Le pilla cerca de su casa. El dinero que recoge de las limosnas lo dedica a comprar velas para que no falte la luz al pequeño recinto situado a la entrada del pueblo junto a la carretera. También, alguna gente le lleva luminarias. Un día María se encontró en la puerta tres cajas de velas de treinta unidades y un papelillo con un escrito que decía: “señora por favor ponga todos los días una hasta que se acaben”. Otras personas se acercan con ramos de flores. Existe aun la costumbre de rezar junto a la ermita para dar las gracias o para pedir, por ejemplo, que aparezca alguna cosa que se ha perdido.
Según María Sancer “muchas personas de dentro y fuera del municipio les piden cosas a las Ánimas Benditas y suelen concederlas según tengo entendido. Eso sí, a cambio deben cumplir lo prometido. Es como algo sobrenatural y misterioso, un acuerdo entre una persona que está en este mundo que tiene uno o varios problemas y un alma difunta que se encuentra en el purgatorio y necesita llegar al Cielo por medio de la luz que se le proporciona. Muchas cosas rozan lo imposible y citaré un ejemplo: basta con rezarle a las Ánimas antes de acostarse para que te despierten a la hora deseada para que esto ocurra”, sostiene esta ermitaña.
La ermita de las Ánimas Benditas de Mecina Bombarón es antiquísima y fue construida por un vecino del pueblo que emigró a Argentina. El culto proviene de la Edad Media, tras la Reconquista cristiana aunque se acentuó a partir de los dictámenes de Felipe I y Felipe II. María Sancer asegura que “las Ánimas Benditas son muy serias y a veces vengativas con las personas que no cumplen sus promesas. Si alguien tiene algo pendiente con ellas no duerme tranquilo y le pasan cosas muy raras. En la ermita que yo cuido, que es pequeña, se encuentran un cuadro de la Virgen del Carmen, otro de San Nicolás de Bari que vino de Valencia, y otro de Santa Rita de Casia”, indica.
“Antiguamente -según María Sancer- mi madre se acercaba a la ermita de las Ánimas Benditas con un recipiente de aceite de oliva y una caja de mariposas. Otras personas hacían lo mismo para que no faltara la luz en este recinto. En aquellos entonces era lo que se estilaba. Hace poco tiempo un desconocido rompió la cerradura de la puerta para llevarse los donativos que sumarían diez o doce euros como mucho. Costó más la reparación que los dineros que hurtó. Las Ánimas son muy milagrosas. Yo, mientras Dios quiera y me dejen la llave de la ermita me encargaré de ella. En esta ermita no faltan las velas. En Mecina existe otra ermita consagrada a la Virgen de los Remedios, pero en ese lugar no ponen velas. Eso sí en el mes de mayo se reza todos los días el santo rosario y se celebra las flores de mayo”, terminó diciendo.
En La Alpujarra granadina y almeriense se rinde culto a las Ánimas Benditas en muchos pueblos. En esta zona se mantiene viva la llama a las Ánimas en Tímar, Lobras, Juviles, Nechite, Picena, Murtas, Turón, La Taha, Nieles, Alhama de Almería, Fondón, Laujar de Andarax. Alcolea, Alboloduy, Adra y otros pueblos.
Antiguamente -según algunos ancianos- en casi todos los pueblos de La Alpujarra una persona recorría las calles por la noche tocando una campanilla y portando un candil para pedir y rezar el rosario por todas las almas del purgatorio. Esta persona era acompañada por varios vecinos y de vez en cuando se decía: Fieles cristianos, acordémonos de las Benditas Ánimas del Purgatorio con un padrenuestro y un Ave María por Amor a Dios. En La Alpujarra existen algunas hermandades dedicadas a las Ánimas Benditas del purgatorio.
Cuenta la leyenda que las Ánimas son almas que Dios no permite entrar en el Cielo porque tienen todavía algo pendiente que solucionar en esta vida. Se encuentran vagando por el mundo en ese purgatorio sin poder encontrar la paz. Generalmente las Ánimas son buenas y ayudan a las personas que rezan por ellas.