‘El Rincón de las Brujas’, una tienda de miedo en Soportújar

Este municipio de La Alpujarra se ha convertido en uno de los más visitados de la comarca gracias a sus reclamos relacionados con el mundo de la brujería y los aquelarres

En Soportújar no paran de crearse comercios. Uno de ellos, situado frente al Ayuntamiento, ha sido bautizado con el nombre de ‘El Rincón de las Brujas’. Su propietaria es de Órgiva y se llama Marian. En este local existen más de 200 productos: brujas de distintos tamaños, amuletos de la suerte elaborados por Marian, pulseras, collares, sombreros, etcétera. ‘El Rincón de las Brujas’ marcha estupendamente. Soportújar se ha convertido en uno de los municipios más visitados de la comarca de La Alpujarra.

Soportújar posee a la entrada del pueblo, frente a la ‘Fuente de San Antonio’, un reclamo turístico relacionado con la brujería: una enorme hechicera de más diez toneladas de peso y más de tres metros de altura elaborada por el escultor José Vera. En el casco urbano y en las eras comunales moriscas existen gran cantidad de motivos y esculturas relacionadas con el mundo de la brujería. La Diputación de Granada, entre otras cosas, ha ayudado mucho a este municipio para promocionar sus encantos y todo lo concerniente a la brujería.

Aquelarres, voces corajudas, visiones, oráculos, curanderismo, hipnosis, quiromancia, telepatía, magos, bebedizos mágicos, afrodisíacos, ensalmadores, cartas, hechiceros, velas, calaveras y muchas más cosas. Soportújar celebra la Feria del Embrujo en verano, creada por el entonces alcalde José Antonio Martín, para promocionar el pueblo alpujarreño. Centenares de personas venidas de fuera, la mayoría disfrazadas de brujas y brujos, se divierten en este original, misterioso y llamativo evento que persigue la promoción del municipio de cara al turismo y el divertimento.

Hace muchos años a los hechiceros y ensalmadores de Soportújar se les rendía culto. Aquelarres, cercos mágicos, bebedizos… todo proliferaba al amparo de la ignorancia, cuevas, eras comunales y sombras nocturnas. Y no era sólo Soportújar el refugio de plebeyos. El propio Alfonso I ‘El Batallador’ confiaba en agüeros y adivinadores. Se dice también que Alfonso VI, antes de emprender la batalla de Zalaca, consultaba a rabinos para que le interpretaran sus sueños. Dicen que en Lanjarón también se le prestó culto a la brujería, principalmente, en el Tajo Colorado. También hubo brujos en el ‘Tajo del Diablo’ de Capileira.

Varios siglos después, Soportújar celebra cada año la Feria del Embrujo para dar a conocer sus tiempos de brujería y promocionar el pueblo que estuvo muy relacionado con los hechiceros. La localidad de Soportújar es más visitada desde hace unos años gracias a la Feria del Embrujo y a los reclamos turísticos que ha puesto en marcha el Ayuntamiento como son: la Cueva del Ojo de la Bruja, el Centro Temático de la Brujería, la Era de los Aquelarres, la Caseta de las Brujas, la Fuente de las Brujas… El alcalde de Soportújar, Manuel Romero Funes, no para y cada año aporta más cosas en el casco urbano de su pueblo para rendir culto a la brujería. Gracias a su iniciativa y al apoyo del pueblo, la Junta, la Diputación y el Parque Protegido de Sierra Nevada, el pueblo de Soportújar es más visitado y conocido dentro y fuera de España.

Según el alcalde de Soportújar “la Feria del Embrujo para mi pueblo no es una fiesta más, sino es la punta de lanza y más visible de un proyecto económico y turístico que cada año está ganando en calidad, que atrae cada día mayor cantidad de visitantes e inversiones que están ayudando a desarrollar nuestro municipio, generando empleo al mismo tiempo que mejoramos nuestras infraestructuras turísticas y en general nuestro municipio alpujarreño”, indicó.

La creencia en la existencia de brujas, es decir, en mujeres a las que se creía dotadas con medios extraordinarios para hacer pactos con el diablo, tener relaciones con él y gozar de poderes ocultos, dominó en Europa, principalmente en España, Alemania, Francia e Italia, desde el siglo XIII al XVII, aunque en otros países como Inglaterra e Irlanda, también vivieron intensas jornadas de procesos de brujería. Las brujas, realmente, tienen sus precedentes en las lamias de la antigua Grecia, las magas de Tesalia, las hechiceras de Roma y las striges de los latinos, francos y germanos. Desde 2015 Soportújar conservará el embrujo durante medio siglo en una cápsula del tiempo introducida en la pared de muro junto a la fuente de la Plaza de la Iglesia.

Merece la pena visitar Soportújar en cualquier época del año porque tiene mucho encanto. En el ‘Bar del Correillo’, en el ‘Bar Romero’ y en otros lugares abiertos no hace mucho tiempo se pueden saborear riquísimas tapas caseras y platos con puro sabor alpujarreño y excelentes caldos de la Sierra de la Contraviesa y de otras zonas. El ambiente es cercano, como en los tiempos de antes. Soportújar se encuentra situado a 945 metros de altitud sobre el nivel del mar. En su término municipal existe un interesante parque forestal situado en el Parque Protegido de Sierra Nevada.

Existe la creencia que Soportújar, el pueblo tranquilo de los soportales y pasadizos y de la buena gente, ya estaba poblado en tiempos de los romanos. Siglos más tarde, tras la expulsión de los moriscos, el Rey Felipe II entregó Soportújar a 27 familias cristianas traídas de otras regiones españolas a las que les otorgaron la titularidad pública de casi todo el término municipal, que pasó a pertenecer al común de los vecinos.