El ‘rey’ de las varas de mando

El ebanista de Lanjarón, Miguel Ángel Orantes, se ha especializado también en la elaboración artesanal de bastones de mando con maderas nobles

Miguel Ángel Orantes Bazán, ebanista de Lanjarón, es un experto en fabricar de manera artesanal con madera noble bastones de mando, un complemento protocolario que denota en la persona que lo porta, autoridad o mando sobre un grupo o colectivo identificado. Sus antecedentes históricos arrancan en las primeras civilizaciones, e históricamente llegan hasta nuestros días. En el caso de los Ayuntamientos se dan dos personalidades directas que usan bastones o también llamadas varas de mando, caso del alcalde y del teniente de alcalde.

Miguel Ángel Orantes Bazán es un gran ebanista y carpintero de Lanjarón. Este artesano nació hace 64 años. A corta edad comenzó a trabajar en la carpintería de su padre Miguel ‘El Negro’ (ya fallecido). Miguel Ángel fabrica y arregla muebles de madera, puertas, cómodas, consolas, escritorios, marcos, mesas, morteros, cuchareros, plateros, arcones, bazares, ventanas, lavabos de madera, etcétera. Miguel Ángel sabe mucho de pan de oro, lacas, barnices, colas, pinturas, etcétera. También ha fabricado tronos, cruces, hornacinas y otros elementos religiosos.

Además, a la edad de 12 años, Miguel Ángel Orantes, ingresó en la banda de música de Lanjarón. Su padre y su hermano ‘El Rubio’ también pertenecieron a la banda de música dirigida por Mariano Soto. Miguel Ángel también potenció, mejoró y amplió la otra banda que hubo de cornetas y tambores de Lanjarón. Asimismo, pertenece a un ramillete de cofradías: es hermano del Santo Entierro, del Cristo de la Expiración y del Ecce-Homo y María Santísima de la Salud y Esperanza. Miguel Ángel ha hecho muchos trabajos muy delicados y manuales para cofradías de Lanjarón, Salobreña, Albuñuelas, etcétera. Uno de sus últimos trabajos ha sido una cruz para un Cristo de la iglesia de Salobreña. En la actualidad está restaurando una imagen de San Juan Bautista que por primera vez en la historia será sacada en romería en las Fiestas de San Juan, el Agua y el Jamón, dentro de unos días. También está realizando unas andas y ultimando una vara de mando que le ha encargado una institución.

La palabra ebanista aparece por primera vez en el siglo XVIII para diferenciarla del término carpintería, ya que los artesanos ebanistas, además de las técnicas de carpintería, recurren a la marquetería, al chapado y a otros trabajos. Se deriva del término ébano, raíz probablemente nubia (Egipto) dando la vuelta al Mediterráneo por Grecia, luego Roma, refiriéndose a la madera de ébano, de color negro. La carpintería y ebanistería de Miguel Ángel tiene mucho sabor a antaño. Algunas de las herramientas que conservan en perfecto estado tienen más de un siglo de vida.

El taller de Miguel Ángel es la historia viva de un oficio relacionado con la madera. En otros tiempos la carpintería perteneció a otro gran maestro carpintero ‘El Gorrilla’, ya desaparecido. Miguel Ángel sabe mucho de maderas, serruchos, limas, escofinas, formones, sierras, metros, lápices para marcar, cepillos, taladros, azuelas, escofinas, maquinas de cortar y cepillar, martillos, clavos, puntillas, pinceles, brochas, pinturas, bancos (no de dineros, sino de madera), compases, etcétera. Parte de su vida está unida a la madera. Cuando puede monta en bicicleta para no perder la costumbre. También saca a pasear a su perro. En su taller siempre está encendido el aparato de radio. Lo que más le encanta a Miguel Ángel es construir tronos y cruces para las cofradías. Ha hecho muchos. Se le dan muy bien. Con el paso de los años Miguel Ángel, el hijo de la entrañable Cruz Bazán, se ha convertido en un gran ebanista que no le falta trabajo porque todo lo que hace lo hace despacio y muy bien.