San Antonio de Padua será procesionado por primera vez en su historia por las calles de Lanjarón
Será el día 12 de julio, después de la misa de las siete de la tarde a cargo del sacerdote Antonio Jesús Heredia
Lanjarón celebrará por primera vez en su historia una procesión con la imagen de San Antonio de Padua. Lo ha anunciado el sacerdote de este municipio de La Alpujarra que linda con el Valle de Lecrín, Antonio Jesús Heredia. La fiesta será el día 12 de junio. A las siete de la tarde habrá misa y después procesión. También habrá verbena. El sacerdote invita a los grupos musicales locales y a los vecinos, turistas y visitantes a que se sumen a esta primera fiesta en honor a San Antonio de Padua.
San Antonio de Padua (confesor). Su verdadero nombre era Fernando de Bulloens y Tavera. Nació en Lisboa en 1195, de padres más distinguidos por su virtud que por su nobleza. En su juventud fue agustino, pero, al llegar a su ciudad los cuerpos de cinco mártires franciscanos, tomó el hábito de la Orden Seráfica y adoptó el nombre con que se le conoce en honor de San Antonio Abad.
En Italia, San Francisco le acogió con deferencia, pero los guardianes de los conventos le consideraron un fraile inútil y le enviaron a la soledad de Monte Paulo. Pronto se reveló, sin embargo, como predicador y le hicieron estudiar teología. Sus sermones adquirieron enseguida tal fama que tenía que predicar en las plazas porque en las iglesias no cabían los fieles. Mientras él hablaba, se cerraban las tiendas y los talleres- Los más empedernidos pecadores y los herejes más obstinados se postraban ante él.
Fue San Antonio un santo de muchos milagros. Un enfermo recobró la salud al recibir su bendición. Un muchacho que, arrepentido de haber pegado una patada a su madre, se había cortado el pie, fue reprendido por San Antonio, el cual pidió el pie cortado y tras aplicarlo a la pierna del muchacho quedo unido a ella. Desde Portugal recibió un aviso de que su padre había sido falsamente acusado de homicidio. Pues bien, se trasladó en un instante, milagrosamente, a Lisboa y pidió al tribunal que fuera presentado en la sala del juicio el cuerpo del difunto. Preguntado por San Antonio, el muerto se incorporó y declaró que el acusado era inocente.
Predicando en una ocasión en un pueblo marítimo lleno de herejes, nadie acudió a su sermón. Se dirigió entonces a la orilla del mar y predicó a los peces, los cuales sacaron sus cabezas del agua para escucharle. Prodigio que obró la conversión de todo el pueblo.
San Antonio de Padua tuvo frecuentes éxtasis, y frailes de su convento aseguraron haberle visto en su celda sosteniendo al Niño Jesús en brazos. Murió el día 13 de junio de 1231 a los 36 años y, ese día, los niños del pueblo salieron a la calle gritando: “¡El Santo ha muerto”. En Padua se conserva, en un precioso relicario, su lengua incorrupta.