El delegado de Fomento inaugura en Órgiva una marquesina con dos huevos

A los vecinos de Órgiva se les llaman también hueveros desde que en 1917 Alfonso XIII visitó la zona acompañado por el político de Albuñol Natalio Rivas Santiago

Un proyecto con dos huevos. El delegado territorial de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía en Granada, Antonio Jesús Granados, y el equipo de gobierno municipal del Ayuntamiento de Órgiva, con su alcalde a la cabeza, Raúl Orellana, han inaugurado oficialmente la marquesina situada a la entrada del municipio junto al ‘Puente Natalio Rivas’. En esta marquesina se han instalado, entre otras cosas, dos huevos gigantes, elaborados en mármol (a los orgiveños se les llaman también hueveros), y un olivo (Órgiva es uno de los lugares de España con mayor número de olivos milenarios y centenarios).


«Este proyecto que ha quedado estupendamente ha sido financiado por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Órgiva. La obra ha quedado perfectamente. Le hemos dado un empaque a la entrada de Órgiva que necesitaba y era urgente después de la sustitución de la pequeña gasolinera que había en este lugar. Esto es lo que queremos. La continuidad para convertir a Órgiva de verdad en la capital de La Alpujarra», indicó el alcalde de Órgiva.

Por su parte, Antonio Jesús Granados manifestó que «la rotonda de Órgiva, que me ha gustado mucho, se ha hecho, principalmente como consecuencia de la seguridad vial. El gobierno del cambio, con Juanma Moreno y Mari Fran Carazo como consejera de Fomento, está vertebrando el territorio mediante muchos proyectos importantes. Nosotros, entre otros proyectos millonarios, estamos apostando con importantes inersiones en mejorar la calidad de vida de los vecinos, del día a día de las comunicaciones, sin olvidar la propia emergencia del año pasado en el puente de Órgiva, la actuación que se está llevando a cabo en el tramo de la carretera Cádiar- Ugíjar, el nuevo acceso que se le va a dar en el puente de Ugíjar, etcétera. La Junta se está volcando con La Alpujarra invirtiendo muchos millones de euros. Dentro de poco empezarán también la nueva conexsión de Lanjarón para eliminar las curvas del Cerro de los Cañones, etcétera. . Y tendremos que seguir porque nos hemos encontrado con muchas deficiencias en esta comarca. Los anteriores gobernantes de la Junta prometían mucho y hacían poco. Nosotros lo que prometemos lo hacemos».

A los habitantes de Órgiva se lse llaman también hueveros desde hace 105 años. Todo empezó cuando el Rey Alfonso XIII visitó el municipio Órgiva y el paraje rural de El Haza del Lino situado en la Sierra de la Contraviesa. Según el catedrático y escritor, Juan González Blasco, «en tantas ocasiones le había hablado el ilustre político de Albuñol, don Natalio Rivas Santiago, de la Alpujarra al Rey, cuya amistad y confianza se había ganado, que don Alfonso le mostró en varias ocasiones su deseo de visitarla. El día treinta y uno de enero de 1917 se hizo realidad».
«El monarca –según González Blasco- salió a las diez de la mañana desde el castillo de Láchar, acompañado de los duques de Maceda, Bivona y San Pedro de Galatino; marqués de Viana; del ilustre pintor Sorolla y de los señores Martos, San Miguel y Rodríguez Acosta. Cerca de las tres de la tarde llegaba Alfonso XIII a Órgiva. En este lugar le esperaban para cumplimentarlo el diputado a Cortes y entonces subsecretario de Instrucción Pública, don Natalio Rivas, que se había desplazado días antes para revisar los últimos detalles desde la morada del ilustre José García Moreno, fallecido hacía unos años», manifestó.


«El pueblo de Órgiva engalanó los balcones con banderas nacionales y las paredes con los mejores tapices, colchas y otras telas ornamentales. De los aleros de los tejados, balcones y los árboles por donde pasaría la comitiva, colgaban miles de huevos, entonces bienes de consumo escasos y de gran valor, que adornaban la ciudad de Órgiva de una forma muy espectacular. A la entrada de Órgiva con don Natalio Rivas esperaban, no sólo las autoridades locales sino muchísimas personas y los alcaldes de muchos pueblos de La Alpujarra y de la Costa. Nunca antes tuvo Órgiva tanta aglomeración de personas».


La entrada de Rey Alfonso XIII a Órgiva fue triunfal. Las campanas se echaron al vuelo, disparándose multitud de cohetes y palmas reales y las bandas de música de muchos pueblos tocaron juntas la marcha real. Los vítores fueron ensordecedores, entusiastas y los humildes alpujarreños con sus sombreros quitados inclinaron su cabeza a su paso. Alfonso XIII se mostró muy emocionado ante la manifestación de simpatía. El subsecretario de Instrucción Pública saludó al monarca oyendo de sus labios frases de gratitud por la acogida que se dispensó.
Juan González Blasco sigue explicando que «se dice que el Rey, muy emocionado y perplejo de los miles de huevos pintados de diversos colores que colgaban de los aleros y árboles dijo: «cada pueblo presume de los que tiene». Y desde aquel día los orgiveños son también llamados ‘hueveros’ que muchos pronuncian con ‘g’, aunque es verdad que este sobrenombre nos viene desde la época de Felipe II, allá por los años 1570-80. A las frases del Rey contestó Natalio Rivas con otras discretísimas. La comitiva, se detuvo en el domicilio de la familia García Moreno y en este lugar saludó a las autoridades locales y comarcales».


Cuando la comitiva emprendió la marcha, en la que luego se llamaría ‘Venta de las Tontas’, le esperaban las autoridades y vecindario de Alcázar, Bargís, Rubite y Fregenite. Las hijas del ventero ataviadas para la ocasión con sus mejores vestimentas le ofrecieron al Rey y a sus acompañantes un aperitivo. Y según una testigo de Alcázar de Venus que desapareció hace años, el Rey se acercó al dueño de la venta para decirle que todo había estado muy bien, y que tenía unas hijas muy ‘tontillas’ y guapas Y a partir de ese día a aquel lugar se le llamó ‘Venta de las Totas’. En este lugar existe desde hace unos años un complejo turístico denominado ‘Venta de Diego Cañadas’, que ahora está cerrado y en venta.


Un poco más adelante, en El Haza del Lino «a pesar de encontrarse nevado el lugar que tanto interés tenía en admirar el monarca, al sólo anuncio del viaje acudieron miles de personas de Polopos, Torvizcón, Sorvilán, Alfornón, Albuñol, Ugíjar, Cádiar, Turón, Murtas, entre otros pueblos. Son muchas las anécdotas que se cuentan en El Haza del Lino. Baldomero Villanueva (ya fallecido) recordaba que el Conde de Romanones, presidente del Gobierno, perdió el bombín del coche en una parcela próxima al lugar que hoy se conoce como la ‘Era del Rey’, construida para la regia visita. Un lugareño que lo encontró se dirigió al Conde de Romanones e inclinando su cuerpo con humildad le dijo: «señor, el bombín». Y el conde le propinó un duro. El alpujarreño no lo podía creer, pues significaba tener muchos problemas resueltos», dice González Blasco.


Por desgracia el Rey no pudo admirar el hermoso paisaje que desde este lugar se descubre porque una cortina de nubes le impidió ver el mar y las costas de África. El Rey queriendo expresar el entusiasmo que sentía le dijo a don Natalio Rivas «te felicito por haber nacido en la región más pintoresca y hermosa de España». A las cinco y media de la tarde pasaba otra vez el Rey por Órgiva», según cuenta Juan González Blasco.