Alpujarra de la Sierra recupera la Fiesta de la Parva en el Parque Recreativo de Prado Real

Dos mulos romos del célebre marchante Antonio Cabeo, de Albondón, se han encargado de tirar del trillo en la era situada a pocos metros de la piscina municipal

En el municipio de Alpujarra de la Sierra se ha celebrado con rotundo éxito la Fiesta de la Parva en el Parque Recreativo de Prado Real, situado en el término de Mecina Bombarón. Ha habido trilla tirada por los dos mulos romos del veterano tratante Antonio Manzano Cabeo, de Albondón. También, los mayordomos y mayordomas de las fiestas de San Miguel de Mecina Bombarón prepararon una gran variedad de viandas y se encargaron de la barra y del tenderete de recuerdos para recaudar fondos.

Además, hubo música en vivo con el grupo ‘Suspiro Flamenco’, arroz parvero a cargo de Enrique e Ismael, dos cocineros de una gran empresa de Ohanes, venta de dulces y repostería morisca a cargo de uno de los hijos del recordado Miguel ‘El Dulcero’, venta de lotería, paseos gratuitos a caballo por gentileza de una empresa de Mecina Bombarón, etcétera. Muchas personas aprovecharon la ocasión para refrescarse en la piscina municipal de este municipio, situada en la misma explanada donde se celebró la Fiesta de la Parva. El arroz parvero salió a las mil maravillas. Algunas personas repitieron. Este evento congregó a centenares de personas de Alpujarra de la Sierra y otros lugares.

La trilla ha desaparecido en Mecina Bombarón. Antiguamente se sembraba mucho trigo, cebada, habas… en este municipio que compagina el turismo rural con la agricultura. Del trigo se obtenía la harina para hacer el pan. Varios molinos se encargaban de la molienda. Las mieses se llevaban a las eras para trillarlas con un trillo tirado por dos bestias. La paja era transportada desde la eras hasta los pajares de las casas en herpiles de esparto. Era un trabajo muy duro y fatigoso.

En otros tiempos funcionaban muchas eras, algunas comunales, en Mecina Bombarón. El trigo se segaba a mano formando haces o gavillas, que se amontonaban formando pilas con las espigas hacia dentro por si llovía. Después se barcinaba (se llevaban las gavillas a la era) y así, tallos junto con espigas se esparcían por la era, luego, por encina se le pasaba el trillo. Los agricultores tenían que estar muy atentos para apercibirse a tiempo y recoger los excrementos de los animales que tiraban del trillo, antes de que éstos cayeran sobre las míes. Por ello uno de los trilladores llevaba siempre un cubo o una espuerta a mano. El agua para beber las personas y los animales no podía faltar en la era.

A continuación se separaba el trigo de la paja. La paja era transportada en herpiles o con mantas que se llenaban y después se cogían por las cuatro esquinas, se cargaban a las espaldas y se llevaba hasta el pajar. El trigo con muchas impurezas se apartaba a un lado y se repetía la operación hasta terminar con toda la parva hasta que los tallos del trigo, o de cebada, se convertían en paja y se habían desgranado todas las espigas. Esta operación de trillar había que llevarla a cabo a las horas de más calor para que la parva estuviera muy seca y se partiera con facilidad. Después había que esperar que llegase el viento suave para proceder a aventar el trigo.

Para aventar primero se usaban las horquillas de madera y después se utilizaban unas palas de madera muy anchas y planas. Las mujeres tenían que cocinar puchero de parva para la gente que se concentraba en la era. Las mocitas y los niños se dedicaban a espigar. Nunca se trillaba el trigo y la cebada juntos. El trigo era para las personas y la cebada para los animales de tiro y carga. El trigo se pesaba por arrobas, aunque se solía usar una medida de capacidad tanto para el grano como para la harina resultante: la fanega. Una fanega es el equivalente a unos 42 kilogramos de trigo y a unos 30 de cebada, aunque claro, esta equivalencia no es lineal, dependiendo de lo granado que estuviese el grano. El trigo era depositado en atrojes. Las personas mayores de Mecina Bombarón saben mucho de tareas campesinas de sol a sol, y a veces también durante la noche. Eran otros tiempos. Ahora, desde hace unos lustros, la trilla se ha convertido en una fiesta en Alpujarra de la Sierra y otros lugares.