Albuñol volverá a procesionar a su patrón San Patricio el día 17 y a San José el 19 de este mes

Las bandas de música de Dúrcal y Albuñol se encargarán de los conciertos y las dianas mañaneras

Albuñol, el municipio de la comarca de La Alpujarra granadina con mayor número de habitantes y cuya historia se remonta al Neolítico, celebra en estos días la festividad de San Patricio. Torneos de padel y fútbol, encendido del alumbrado público… desde el pasado día 13. El día grande, el 17, a las diez de la mañana habrá misa en la Barriada de San Patricio. A las doce del medio día habrá otra misa solemne en la iglesia y, entre otras cosas, estará acompañada por la Escuela Municipal de Música y Banda de Albuñol y la Banda de Música Nuestra Señora del Carmen de Dúrcal. Después habrá en la plaza verbena musical y conciertos a cargo de las dos citadas bandas. A las dos de la tarde tendrá lugar la entrega de galardones San Patricio 2022. Luego actuará ‘Galaxy’. A las dos y cuarto habrá degustación de habas y vino del terruño. A las seis de la tarde saldrá la procesión de la muy venerada imagen de San Patricio. Después habrá fuegos artificiales y la actuación de Los Vinilos y Dj Grox. Además habrá disfraces y premios. El día 18 habrá deportes y juegos tradicionales. El día 19 también habrá fútbol, procesión de la imagen de San José a las cinco y media de la tarde, merienda a base de buñuelos con chocolate, y fiestas de los años 80 y 90 del pasado siglo en el Pabellón Municipal. Durante la pandemia no ha habido procesiones y otros eventos en este municipio.

San Patricio el gran apóstol de Irlanda era escocés de nacimiento. Había nacido en Dumbrinton en el año 377, hijo de Calfurnio y de Conquesa, que era pariente de San Martín de Tours. Iba de viaje un día con su hermana Lupita cuando unos salteadores de caminos le llevaron cautivo a Irlanda para venderlo como esclavo. Fue comprado por un comerciante y esto le permitió aprender la lengua y costumbres del país. Al cabo de cinco o seis años consiguió escapar y se dirigió a Italia, donde el Papa Celestino I le recibió con gran benignidad. Rogó Patricio al Pontífice que le enviara a convertir a los irlandeses. Pero Celestino I acababa de despachar a aquel país a San Paladio y pidió a Patricio que esperara mejor ocasión. Visitó nuestro Santo a San Germán, quien le dio instrucciones para su predicación en Irlanda. Realizó milagrosas conversiones en provincias donde San Paladio no había podido hacer fruto alguno. La Buena Nueva que Patricio predicaba era escuchada con tal ardor por los gentiles de Irlanda que ellos mismos destruían los templos paganos y hacían pedazos sus ídolos.

El príncipe Leogar, obstinándose en seguir creyendo en las extravagancias de la idolatría, envió un ejército de gentiles para que matara a los cristianos que Patricio había reunido en una espaciosa llanura. Una súbita tempestad deshizo aquel ejército y, desde entonces, Patricio cobró fama de que los vientos y las tormentas obedecían a su voluntad. Después de un viaje a Roma para visitar al Papa San León, volvió a Irlanda y consagró a gran número de obispos para regir las diócesis que él mismo había creado. Levantó la iglesia de Armagh como sede primada de Irlanda. Era Patricio un hombre dado a la oración, a la penitencia y al ayuno. Se dice de él que rezaba todos los días el Salterio entero, se postraba 300 veces durante la jornada y hacía 100 veces la señal de la cruz en cada hora canónica. Cada noche rezaba 100 salmos metido en un estanque de agua helada y luego hacía 200 genuflexiones. Eran en aquel tiempo los irlandeses pueblos necios y groseros, y Patricio no sólo los convirtió a la fe, sino que los cultivó, pulió y civilizó. Murió en el Monasterio de Saball en el año de 461, a los 84 años de edad.

Al parecer unos pescadores sacaron de sus redes una imagen de un barco hundido que resultó ser de San Patricio. Sucedió en la playa de Melicena, en el Peñón de San Patricio donde existe un altar. Varios pueblo quisieron disputarse la imagen y al final fue para Albuñol. Los ocupantes del barco habían huido de la persecución religiosa inglesa y se hicieron acompañar por la imagen de San Patricio. En su festividad (día 17 de marzo) suelen acudir a Albuñol gente de Albondón, Sorvilán, Adra, El Ejido, Castell de Ferro, Dúrcal, Motril, Sorvilán, Murtas, La Rábita, Melicena, etcétera. En 1834 Albuñol se convirtió en cabeza de partido judicial. El célebre político Natalio Rivas Santiago nació en este pueblo de La Alpujarra baja. Albuñol tiene 7.473 habitantes, lo que lo convierte en el más numeroso de la comarca, seguido de Órgiva con 5.866 almas. En extensión le gana Órgiva, pues tiene 134 kilómetros cuadrados, mientras Albuñol cuenta con 63 kilómetros cuadrados. Albuñol linda con Adra, Sorvilán, Albondón y el Mar Mediterráneo. Pertenece a este municipio los anejos y aldeas de La Rábita, El Pozuelo, Huarea, Los Castillas, La Ermita, Los Chaulines, La Balsilla, El Cañuelo, El Castillo de Huarea, Los Coliches, Haza Llana, El Maurel, Los Morenos, Los Rivas, El Cercado, Cortijo Bajo, etcétera. Albuñol también tiene fama de tener buenos dulceros y buena gastronomía. Su Semana Santa es fabulosa y su párroco un joven maravilloso, nacido en Busquístar.

En este municipio se celebra también en el mes de octubre la feria de ganado. La mayoría de las ferias fueron creadas en Andalucía oriental por concesión de los Reyes Católicos. En La Alpujarra han desaparecido muchas ferias de ganado debido a la dejadez del campo por que no rinde lo necesario para que produzca beneficios y a la mecanización de la tierra.

La Feria de Ganado de Albuñol se ha convertido en la más importante de la comarca. Muchos agricultores de esta y otras zonas, principalmente, asentados en la Sierra de la Contraviesa, adquieren animales de carga y otros se deshacen de las caballerías para no tener que mantenerlas durante el invierno sin sacarles rendimiento de trabajo.

La Feria de Ganado de Albuñol es por encima de todo un verdadero acontecimiento que atrae a miles de personas de las provincias de Granada, Almería, Múrcia, Jaén y Málaga, principalmente. Los astutos y avispados compradores de ganado, para que no resulten engañados, suelen examinar con detenimiento la dentadura y las patas de las bestias que más les agradan.

Los tratantes, marchantes y feriantes que acuden a Albuñol tienen capacidad de persuasión y mucha labia, temple y diplomacia rural. Algunos suelen acudir a la feria con sombrero o gorra, blusón negro, camisa blanca, pantalón de pana y vara larga con aguijón. Los chalanes tienen un don especial para comprar, trajinar y vender. Ellos están acostumbrados al regateo. Los tratos, con la asistencia de un mediador que cobra por serlo, se cierran como siempre, con un apretón de manos. En los tenderetes suelen convidarse a unas copas de vino del terruño con tapas de pescado del anejo costero de La Rábita. Los vendedores de aperos y útiles de labranza también se dan cita en esta feria.

Antes más que ahora, los animales de tiro y carga formaban parte del paisaje de la Alpujarra para las faenas agrícolas. La burra era un animal clave que se usaba para casi todo. En algunos lugares las vacas de trabajo se uncían de dos en dos para labrar con arado. Domar una yunta de mulos, vacas y asnos no es una tarea fácil. Los caballos y las yeguas en otros tiempos eran un lujo y solo poseían estos animales los más pudientes. Antiguamente en la Feria de Albuñol se podían adquirir también cabras, ovejas, vacas, toros, cerdos, marranas de cría y otra clase de animales y aves.

Albuñol, uno de los municipios más emprendedores de La Alpujarra, famoso por sus carpinteros, vinos e invernaderos, gastronomía, dulces, partidora de almendra, historia, cultura, senderos y milenaria Cueva de los Murciélagos, entre otras cosas, limita con Sorvilán, Albondón, Murtas, Turón y Adra (este último situado en el termino municipal de Almería). Merece la pena visitar Albuñol y sus anejos y aldeas porque tienen mucho encanto. La alcaldesa de Albuñol es desde hace tiempo la entrañable y admirable María José Sánchez, hija del que fuera también alcalde de Albuñol, José Sánchez.